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El padre de SETI

El padre de SETI

Frank Drake portrait by Danielle Futselaar
Retrato de Frank Drake por Danielle Futselaar

 



This article is a Spanish translation of The Father of SETI by Seth Shostak.
 

Por Seth Shostak, Astrónomo Senior
Traducido por Lourdes Cahuich

Frank Drake cumplió 90 años, edad que es alcanzada solamente apenas por el 5 por ciento de la población de EE. UU. Pero, aunque las felicitaciones son merecidas, al igual que las preguntas sobre su dieta recomendada o régimen de ejercicio, Drake debería celebrar más que un conteo de velas en su pastel. Él fue el primero en investigar los cielos de una manera sin precedentes, un experimento que él llamó Proyecto Ozma.

Drake buscó señales de compañía cósmica: la presencia de otros seres inteligentes en planetas alrededor de otras estrellas. Pensadores han especulado sobre extraterrestres durante al menos dos mil años. En el siglo XIX, algunos científicos intentaron encontrar seres de otro mundo en nuestro Sistema Solar, lo que llevó a varias afirmaciones de éxito, pero ahora sabemos que estos intentos fueron científicamente ingenuos. El más famoso fue la dramática afirmación de que Marte estaba siendo irrigado por una red de canales construidos deliberadamente. Después de dos docenas de años, esto se convirtió en una ridícula afirmación, a medida que los astrónomos aprendian más sobre el Planeta Rojo.

Early Frank Drake
Crédito: Observatorio Nacional de Radio Astronomía

Pero la aproximación de Drake para encontrar extraterrestres al escuchar ondas de radio no ha sido superada por investigaciones subsecuentes. Su estrategia sigue siendo implementada con entusiasmo seis décadas después de su experimento pionero en SETI. Esta es una circunstancia realmente sorprendente y sin precedente en la exploración. Sesenta años después de que Lewis y Clark usaron canoas y guías nativos para catalogar la parte superior de Missouri, nadie había considerado un nuevo reconocimiento del territorio del oeste, con oficiales militares y agentes fronterizos. Demasiado ha cambiado y la aproximación pudo haber sido diferente.

Ninguna revolución similar ha ocurrido en nuestra búsqueda de extraterrestres, aunque el equipo es mejor, el mismo Drake señala que la tecnología actual de los receptores puede duplicar la cantidad de información que ha sido recolectada por experimentos previos, en solamente unos segundos. Esto es un reconocimiento a la sorprendente capacidad de la tecnología digital actual, pero la estrategia no ha sido alterada.

Esto no quiere decir que no existan otras formas de encontrar extraterrestres. Una puede ser, por ejemplo, la búsqueda de proyectos masivos de ingeniería realizados por sociedades altamente avanzadas, pero tales artefactos requieren que los extraterrestres tengan unos niveles tremendos de experiencia, energía y sustancia, si tales trabajos pueden ser detectados a enormes distancias. En contraste, las señales de radio pueden detectarse con facilidad a años luz de distancia, aún si los extraterrestres hacen solamente esfuerzos modestos y tienen cierta producción de kilowatts por hora en su realización.

Pero más importante aún, la radio (y otras señales electromagnéticas, como los láseres) tienen sentido porque pueden usarse para llevar información tan rápido como el universo lo permita. La suposición de Drake es que no importa qué tan avanzada sea la tecnología de una civilización extraterrestre, el uso de la radio para enviar información podría ser tan duradera como el uso de los engranes.

En consecuencia, la búsqueda de transmisiones de radio no es una empresa parroquial, no supone que los extraterrestres son como nosotros en sentido alguno, solo supone que ellos viven en el mismo universo, con las mismas leyes físicas. La aproximación de Drake a SETI es lo último en modestia cósmica.

El proyecto Ozma estableció las opciones técnicas para casi todos los siguientes experimentos de radio en SETI, tales como filtrar componentes de señales de banda estrecha a través del espectro de microondas. Drake también es admirado por la ecuación homónima que diseñó un año después del proyecto Ozma, para calcular la probabilidad de que una búsqueda SETI sea exitosa.

Pero lo que rara vez se recuerda es la audacia de su experimento. El Proyecto Ozma requerió un nivel de audacia que pocos proyectos científicos exigen. Cuando el joven radio astrónomo pidió permiso a Otto Struve, el director del Observatorio Nacional de Radio Astronomía, para realizar su experimento, ellos acordaron mantenerlo en secreto – una circunstancia rara en la investigación.

En ese momento, “ningún científico serio trabajaría en esa área”, recuerda Drake, “era un tema tabú en la astronomía, nadie más realizaba esa investigación porque tenía temor y yo era muy tonto como para sentir temor.”

O demasiado audaz. Pocos investigadores sienten que sus investigaciones son tan radicales que deben ocultar su trabajo. La valentía de Drake es, seguramente, uno de los aspectos más sobresalientes del primer experimento SETI.

Llamar a Drake pionero sería demasiado fácil; como todos los famosos emprendimientos que se han aventurado más allá de lo conocido, parecen ser demasiado obvios y fáciles en retrospectiva, pero el rastro dejado por Frank Drake aún es recorrido por aquellos que lo siguen.

Para los científicos que buscan saber si la Vía Láctea alberga a otros habitantes, la estrategia de Drake permanece como el estándar dorado e inmaculado. Pero al celebrar su trabajo pionero, no debemos olvidar que también él fue más que profético, fue valiente.

Para conocer más sobre Frank Drake:

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